LOS RADICALES LIBRES, ENEMIGOS DEL DEPORTISTA
¿Radicales libres? Son
uno de los causantes del envejecimiento celular así como de agresiones a
nuestro organismo que pueden derivar en numerosas enfermedades o trastornos del
organismo.
Aunque no estemos alertas, cada
segundo estamos liberando una batalla interna en nuestros organismos. Es la batalla de los antioxidantes y los radicales libres.
Los radicales libres son moléculas inestables (perdieron un electrón) y altamente reactivas. Su misión es la de recuperar el electrón que les hace falta, de las moléculas que están a su alrededor para obtener su estabilidad. La molécula atacada (que ahora no tiene un electrón) se convierte entonces en un radical libre y de esta manera se inicia una reacción en cadena que dañará muchas células y puede ser indefinida si los antioxidantes no intervienen.
¿Qué son los radicales libres? Los procesos normales del organismo producen radicales libres como el metabolismo de los alimentos, la respiración y el ejercicio. También estamos expuestos a elementos del medio ambiente que crean radicales libres como la polución industrial, tabaco, radiación, medicamentos, etc.
Los radicales libres son moléculas inestables (perdieron un electrón) y altamente reactivas. Su misión es la de recuperar el electrón que les hace falta, de las moléculas que están a su alrededor para obtener su estabilidad. La molécula atacada (que ahora no tiene un electrón) se convierte entonces en un radical libre y de esta manera se inicia una reacción en cadena que dañará muchas células y puede ser indefinida si los antioxidantes no intervienen.
¿Qué son los radicales libres? Los procesos normales del organismo producen radicales libres como el metabolismo de los alimentos, la respiración y el ejercicio. También estamos expuestos a elementos del medio ambiente que crean radicales libres como la polución industrial, tabaco, radiación, medicamentos, etc.
No todos los radicales libres son “malos”. Las células del sistema inmune crean radicales libres para matar bacterias y virus, pero si no hay un control (ejercido por los antioxidantes), las células sanas pueden ser dañadas
Los radicales libres se forman en el organismo debido
a los procesos de oxidación para obtener la energía que el cuerpo necesita para
funcionar. En el caso de los deportistas este proceso se acentúa más ya que
cuando realizamos ejercicio consumimos 20 veces más de oxígeno que en
condiciones normales. Este alto consumo de oxígeno produce en nuestro cuerpo un
exceso de radicales libres con el daño que esto significa para nuestras
células. Se produce lo que se conoce como estrés
oxidativo que representa una amenaza constante para nuestro cuerpo
poniendo en peligro nuestra salud.
Los motivos por los que se produce este fenómeno son
varios. Uno de ellos es la disminución de la función de nuestro cuerpo para
quemar todo el oxígeno que le llega, ya que el aumento de nuestra actividad
genera la entrada de grandes dosis de oxígeno que acaban por salirse de las
vías habituales de metabolización del mismo, pasando a convertirse en radicales
libres.
Que hacer deporte sea sinónimo de más oxidación
no significa que hacer deporte vaya a ser malo, todo lo contrario. Hacer
deporte retrasa el envejecimiento muscular y óseo y nos ayuda a mantener una
buena capacidad pulmonar, cardíaca y de movimiento.
En condiciones normales un organismo joven y sano se
defiende de los radicales libres mediante la creación de enzimas que ayudan a
neutralizarlos. Además, la vitamina E y C son un aliado perfecto para combatir
las agresiones de los radicales libres, al igual que el betacaroteno y
minerales como el zinc, sodio… Es por esto que debemos cuidar
nuestra alimentación si realizamos mucho deporte para evitar el efecto
que los radicales libres pueden tener sobre nuestro cuerpo.
Al igual que la alimentación, es importante que
nuestro cuerpo esté entrenado adecuadamente para aguantar el esfuerzo. De esta
manera reduciremos la producción de radicales libres que es mayor en aquellos
individuos que realizan un ejercicio intenso sin estar preparados para ello. Es
por esto que debemos acoplarnos al ejercicio de forma lenta y progresiva para
conseguir una forma adecuada sin dañar nuestro cuerpo.
Para que la salud y el rendimiento físico no se vean
afectados debe existir un estrecho balance entre los mecanismos que generan
radicales libres y los que los neutralizan. En muchos tejidos las reservas de
agentes antioxidantes son limitadas, por ello un aumento en la producción de
radicales libres o un debilitamiento de las defensas antioxidantes puede
conducir al organismo a padecer estrés oxidativo y daño celular. La falta de antioxidantes
puede ser causante o puede acelerar el síndrome de sobreentrenamiento entre los deportistas.
Síndrome de
sobreentrenamiento
Un entrenamiento excesivo durante días o la
participación en competiciones muy seguidas pueden ocasionar una reducción del
sistema inmunológico. En ello pueden estar implicados los radicales libres. Hay
estudios que muestran que la administración de antioxidantes reduce la
incidencia y gravedad de las manifestaciones del sobre entrenamiento. Por
ejemplo, en corredores de maratón, un suplemento diario de 250 mg de vitamina C
rebaja la incidencia de infecciones del tracto respiratorio superior. En
ciclistas, con 330 mg diarios de vitamina E, se reducían los problemas a
consecuencia de un entrenamiento intensivo.
Una de las ventajas indudables de los antioxidantes en
el deportista se refiere a la prevención y recuperación de lesiones. Es bien
conocido el importante papel que juegan los radicales libres en el proceso de
inflamación. Las sustancias liberadas por el tejido lesionado o por bacterias
actúan sobre células de nuestro sistema inmunológico (macrófagos, neutrófilos)
que tienen la capacidad de liberar radicales libres cuando se estimulan. Una
dosis adecuada de antioxidantes contribuye a la recuperación de los procesos inflamatorios
postraumáticos y es de gran utilidad en el alivio rápido de pequeñas lesiones.
Antioxidantes de la
dieta
Los vegetales también concentran diversos compuestos
colorantes de los que se conoce su acción antioxidante. Son los flavonoides, un
grupo complejo de sustancias que incluye a los flavonoles, los antocianidoles y
las flavonas, colorantes naturales que constituyen el grupo más importante de
la familia de los polifenoles, muy presentes en el mundo vegetal. Se ha
demostrado que son factor protector del sistema cardiovascular. Además, activan
las enzimas glutation peroxidasa y catalasa, antioxidantes presentes de forma
natural en nuestro organismo. Están presentes en la familia de las coles, las
verduras de hoja verde, las frutas rojas y moradas y los cítricos.
El ácido alfa-lipoico también se postula como un
carotenoides antioxidante. Se extrae de algunas verduras y frutas, y se conoce
su capacidad de potenciar las funciones antioxidantes de las vitaminas C, E y
del enzima glutation peroxidasa. Abunda en el tomate.
Vitamina C: la mejor forma de incorporar esta vitamina
antioxidante es a través de frutas y verduras frescas y crudas tales como
guayaba, kiwi, mango, piña, caqui, cítricos, melón, fresas, bayas, pimientos,
tomate y verduras de la familia de la col.
Vitamina E (tocoferol): es abundante en el aceite de
germen de trigo, el aceite de soja y girasol, el germen de cereales o los
cereales de grano entero, los aceites de oliva, los vegetales de hoja verde y
los frutos secos.
Beta-caroteno o "provitamina A": el
beta-caroteno pertenece a la familia de los carotenoides que contienen los
vegetales. El organismo es capaz de transformarlo en vitamina A, de ahí su
denominación "provitamina A". El beta-caroteno posee conjuntamente
las propiedades de la vitamina A y su acción antioxidante. Más recientemente se
ha reconocido su efecto beneficioso en procesos inflamatorios y los
relacionados con el proceso de envejecimiento. Son alimentos ricos en
beta-caroteno: verduras de color verde o de coloración
rojo-anaranjado-amarillento (zanahoria, espinacas, calabaza, etc.), y ciertas
frutas (albaricoques, cerezas, melón y melocotón).
Selenio: se vincula al funcionamiento de la glutation
peroxidasa (enzima antioxidante propia de nuestro organismo). Lo encontramos en
carnes, pescados, marisco, cereales, huevos, frutas y verduras.
Zinc: Favorece la formación de nuevas proteínas
(renovación celular), interviene en el sistema inmune o de defensas y favorece
el buen estado de piel y mucosas (tonicidad y elasticidad de la piel). Son
buena fuente de zinc las carnes y vísceras, los pescados, los huevos y las
legumbres
En esta rueda de los alimentos antioxidantes puedes
ver los diferentes grupos que proporcionan capacidad antioxidante frente a los
radicales libres. Como se puede observar son muy representativas las frutas,
verduras y hortalizas. Por este motivo un deportista no puede descuidar estos
aportes.
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